La cuestión a la hora de buscar los sobreagudos tiene tres secretos, el primero es la "proyección mental" de la nota, o sea tener bien en claro la nota que queremos tocar, la segunda es la garganta, hay que luchar contra el instinto natural de cerrar la garganta a medida que subimos de nota (acá se nota muchísimo ese vicio) y el tercero es la embocadura, hay muchos saxofonistas que a medida que suben van apretando la embocadura y esto trae dos problemas, que cuando apretan tanto se lastiman y que cambian la forma de armar la embocadura por la de morderse y se lastiman aún más.
Bueno, les dejo el cuadrito y cualquier cosa me preguntan.